El campo de estudio de los estudiantes universitarios influye significativamente en sus intenciones emprendedoras[1]. Esto se debe a que cada disciplina académica moldea diferentes percepciones sobre el emprendimiento como una alternativa profesional[1]. Mientras que algunos programas educativos fomentan activamente una mentalidad orientada hacia la creación de empresas, otros tienden a promover la inserción en el mercado laboral tradicional[1].
Un análisis dentro del estudio GUESSS Ecuador 2023-2024 examinó cómo la intención de emprender varía entre los distintos campos de estudio[2-4]. Se evaluaron las diferencias en la predisposición a iniciar un negocio tanto inmediatamente después de la graduación como cinco años después[2]. Identificar estos patrones es fundamental para diseñar estrategias educativas efectivas que impulsen el ecosistema emprendedor y proporcionen las herramientas adecuadas para que estudiantes de diversas disciplinas puedan desarrollar y consolidar sus iniciativas empresariales[2].
Los hallazgos del reporte indican que los estudiantes de **Negocios y Gestión muestran las intenciones emprendedoras más fuertes**, liderando con un 26.52% de intención de emprender[5]. Les siguen los estudiantes de Derecho[1, 2, 6]. Este patrón de intención emprendedora (Negocios/Gestión y Derecho a la cabeza) se mantiene consistente tanto entre los emprendedores nacientes (quienes están en proceso de crear un negocio) como entre los emprendedores activos (quienes ya gestionan un negocio)[1, 2, 6]. Esto sugiere que la formación académica en ciertas áreas puede tener una influencia duradera en la sostenibilidad y consolidación de la actividad emprendedora[1, 2, 6]. Los resultados reflejan que los estudiantes de carreras enfocadas en gestión y negocios tienden a desarrollar una visión más clara del emprendimiento como una opción de carrera viable[6]. Si bien la intención emprendedora es menor en otras disciplinas, sigue siendo significativa[6].
Ante esta realidad, los hallazgos subrayan la **necesidad de que las universidades fortalezcan el ecosistema emprendedor en todos los campos de estudio**[6]. Es crucial ofrecer herramientas y estrategias que fomenten la iniciativa empresarial más allá de las disciplinas que tradicionalmente se asocian con el emprendimiento[7]. Promover programas interdisciplinarios, mentorías y facilitar el acceso a financiamiento son estrategias clave para expandir el impacto del emprendimiento en diversos sectores de la economía[7].